miércoles, 12 de febrero de 2014

Una terapia con calor mejora los síntomas en pacientes con asma grave ideal.es

La termoplastia bronquial reduce el número de agudizaciones y de hospitalizaciones, con efectos que duran al menos 5 años. Se aplica de forma ambulatoria

Dispositivos muestran la diferencia entre los bronquios de una persona sana (derecha) y otra que padece asma. Foto: AFP.

Un nuevo procedimiento, llamado termoplastia bronquial, reduciendo el
número de agudizaciones y hospitalizaciones de los pacientes con asma grave. Consiste en introducir un catéter que, mediante calor generado por radiofrecuencia reduce el
músculo liso bronquial. Se realiza de forma ambulatoria, por vía endoscópica con un
broncoscopio flexible. El asma es una enfermedad respiratoria frecuente que afecta al 5‐7% de la población de nuestro país. De ellos, entre el 3 y el 6% presentan asma refractaria a los tratamientos convencionales.
Dirgida a pacientes que no responden al tratamiento convencional
“La termoplastia bronquial es una novedosa opción terapéutica, aprobada por las autoridades sanitarias, que está indicada especialmente para el subgrupo de pacientes con asma grave que no responden a la medicación convencional”, asegura el doctor Alfons Torrego, neumólogo y miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), durante la XVI Reunión de Invierno Conjunta de las Aéreas SEPAR. “A pesar de no ser una terapia con finalidad curativa, los resultados clínicos demuestran que este tratamiento mejora los síntomas de la enfermedad y la calidad de vida de los pacientes. En consecuencia, reduce el número de agudizaciones y de hospitalizaciones”.
El calor aplicado alcanza los 65 grados centígrados y se genera por una fuente de radiofrecuencia a través de un catéter introducido en el árbol bronquial por el canal de un broncoscopio flexible. Se realiza en 3 sesiones, separadas por 3 semanas entre sí: la primera trata el lóbulo inferior derecho; la segunda, el lóbulo inferior izquierdo, y la tercera, ambos lóbulos superiores. “En los asmáticos el músculo liso bronquial está engrosado, con la aplicación de calor se consigue reducir su volumen”, explica el doctor Torrego. “Esta reducción mejora la función pulmonar, la calidad de vida, las exacerbaciones y las necesidades terapéuticas de los pacientes con asma”.
Sus beneficios se mantienen al menos hasta 5 años después del tratamiento. “Basándonos en la experiencia obtenida hasta el momento, podemos considerar que la termoplastia bronquial es un innovador tratamiento que reúne las expectativas necesarias para constituirse como opción terapéutica para algunos pacientes con asma grave, refractaria o mal controlada”, sentencia el doctor Torrego. “La experiencia en nuestro país todavía es limitada, pero esperanzadora. Los primeros pacientes tratados en España han mostrado una buena tolerancia al tratamiento. Dichos resultados positivos nos animan a seguir trabajando para entender mejor los mecanismos del asma grave y profundizar en el posible papel fisiológico del músculo liso bronquial, así como en su importancia patogénica en los pacientes con asma”.

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