sábado, 31 de octubre de 2015

Cuando la botica deja de ser un negocio rentable granadahoy.com

La facturación anual de las farmacias cae hasta niveles de 2004 El sector rechaza las subastas y la bajada de los precios de los genéricos
C. DÍAZ · L. MARTÍN GRANADA 

El ahorro se ha convertido en uno de los aspectos fundamentales en tiempo de crisis. Las administraciones públicas buscan la manera de solventar la actual situación económica como sea posible. Con esta intención, la Junta puso en marcha en 2012 unas subastas por las que se concede la exclusividad de la venta de un fármaco genérico a un único laboratorio: el que ofrezca el precio más bajo. Esta medida ha permitido, según afirma la Consejería de Salud, ahorrar un total de 150 millones. Pero a precio de qué. 

Las subastas llevadas a cabo por la administración andaluza tienen el rechazo casi unánime del sector sanitario y, de manera indirecta, de numerosos clientes que protestan a diario por la ineficacia del medicamento. En Granada, algunos farmacéuticos apuntan a la pérdida de la calidad en muchos de los genéricos que deben proporcionar de manera obligatoria a sus clientes. El Gobierno, por su parte, ha recurrido dicha práctica ante los juzgados y la decisión de si estas subastas son legales o no está actualmente en manos del Tribunal Constitucional. 

Pero ni los recursos del Estado ni las quejas de sanitarios y clientes han frenado, hasta ahora, las subastas de medicamentos realizadas por el Servicio Andaluz de Salud (SAS). "Ellos quieren números, economía, que está muy bien, pero no a costa de la calidad de los medicamentos para los enfermos", sentencia José Manuel Santamaría, farmacéutico jefe de la botica granadina Santamaría. 

Éstos profesionales escuchan a menudo el descontento de los clientes por el cambio continuo de medicamentos. La farmacéutica Conchi Avilés explica cómo las quejas son asiduas entre los pacientes: "Los que más protestan son los más mayores. Están acostumbrados a una cosa y se la cambian; ellos quieren siempre las mismas". No son pocas las anécdotas de pastillas que se parten; de clientes descontentos que dicen que los nuevos medicamentos no le sientan bien; pensionistas que piensan que les están engañando porque la caja no es del mismo color y, sobre todo, de casos de desabastecimiento. 

Este desabastecimiento es un factor frecuente con el que las boticas ya cuentan desde que la Junta comenzó con estas subastas. No es algo insólito que Hefagra -la Hermandad Farmacéutica Granadina- notifique a las farmacias que el genérico que debe venderse se ha acabado. Los laboratorios que se presentan a las subastas deben garantizar el abastecimiento del genérico, un compromiso que queda registrado en un contrato. Aunque no siempre ocurre así. 

"El problema es que dan las subastas a un laboratorio que tiene que producir medicamentos para toda Andalucía y, a veces, estos no tienen tanta capacidad de producción", garantiza Carlos Medina, gerente de una farmacia granadina. Éste es el único momento en el que, con la autorización del SAS, las boticas tienen permitido ofrecer un genérico fabricado por un laboratorio distinto. 

El último caso oficial ocurrió esta primavera cuando el laboratorio indio Ranbaxy, al que la Junta ha concedido la exclusiva del suministro del antihipertensivo genérico Vasaltran, anunció que estaría tres meses sin abastecer este fármaco, alegando problemas con la producción. Un laboratorio que también cuenta con el rechazo de los profesionales del sector. "Aquí en Andalucía todos saben la poca calidad del principio activo que tienen los medicamentos de este laboratorio", manifestó Medina. 

El mayor fabricante de fármacos de la India es uno de los que más adjudicaciones ha logrado en estas subastas pese a tener prohibida la exportación de sus compuestos a Estados Unidos. ¿El motivo? No cumplir la normativa de fabricación. 

Fuentes del sector señalan que, en algunas ocasiones, la Junta no paga a las farmacias los medicamentos dispensados de otros laboratorios cuando hay desabastecimiento del que tiene la exclusividad del producto porque, a pesar de que en el sistema queda registrada la falta de fármacos, la información no llega a la Administración. 

"Todos los farmacéuticos -prosigue Medina- se quejan de las subastas, sin embargo los políticos van a lo suyo. Van a ahorrarse dinero de donde creen que pueden raspar. La explicación para la ciudadanía es que estamos ahorrando dinero, pero no te dicen que lo ahorras debido a una menor calidad". Del mismo modo, Avilés afirma cómo los clientes protestan a las farmacias por estos genéricos "cuando deberían ir a protestar a la Junta". Este periódico intentó sin éxito conocer la opinión al respecto del Colegio de Farmacéuticos de Granada y la versión de la Consejería de Salud andaluza. 

Los profesionales se quejan además de la falta de representantes de estos laboratorios en España a los que dirigirse en el caso de tener algún problema. Los miembros de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (Aeseg), por ejemplo, no han participado en ninguna de las siete subastas celebradas hasta ahora. Desde la primera subasta, celebrada en enero de 2012, los laboratorios que más concesiones han adquirido son el sueco Bluefish Pharma, la alemana Aristo Pharma y los laboratorios de origen indio Aurobindo S. L. y Ranbaxy. Mientras tanto, la presencia de industrias españolas o de la región es escasa. 

La bajada en las ventas en las boticas no es único factor a contemplar en estas subastas a juicio de los profesionales del sector. "Hay efectos muy inmediatos, como por ejemplo que la rentabilidad de las farmacias y la de los laboratorios que han invertido en I+D baja. Eso es inmediato. Lo que no es inmediato es cómo afecta un medicamento de baja calidad al paciente. No a uno, sino a muchos. Los efectos que puedan crear este tipo de productos no es algo que se pueda valorar en uno o dos años, sino en décadas. Y eso, por ahora, no se está valorando. 

Pero la subasta de medicamentos no es el único aspecto que está perjudicando la rentabilidad del sector. Los profesionales que trabajan en la farmacias se refieren también a la bajada de precios en los medicamentos financiados como otra de las causas de su crisis que, conforme afirman fuentes del sector, en algunos casos pasan a cosatar un 50% menos de un día para otro. "Las ventas han bajado bastante; más de un 10% desde el año 2012. Ahora tenemos que vender más para facturar lo mismo y de peor calidad", puntualiza Medina. 

En este sentido, el último informe del Grupo Cofares, la principal distribuidora de medicamentos en España, señala que la factura farmacéutica en oficinas comunitarias se estancó de nuevo en 2014. La cifra alcanzada al cierre del ejercicio anterior fue de unos 9.300 millones de euros, una cifra similar a la de 2004, a pesar de que el número de dispensaciones se incrementó (8 millones más de recetas). Este informe también apunta que el gasto farmacéutico creció un 2,1%. 

Otros empleados del sector mencionan también el tema del copago sanitarios. Los pensionistas, que antes no pagaban nada, ahora deben abonar el 10% de cada receta, con un tope mensual en función de su renta. "Los pensionistas ahora compran menos porque dicen que no tienen dinero. Si antes se llevaban cinco medicamentos, ahora se llevan dos", apunta una de las farmacéuticas consultadas. 

En 2012, el Gobierno central aprobó un programa de ayudas económicas dirigido a aquellas farmacias que facturan menos de 200.000 euros al año. A estas boticas , la Administración les concede una bonificación máxima de 830 euros mensuales, en función de su facturación. 

La Junta de Andalucía ha comenzado a aplicar este año esta ayuda. Según explican desde la consultora especializada en el sector farmacéutico TSL, con sede en Málaga, Andalucía ha sido la última comunidad autónoma en poner en marcha este programa. En total, en Andalucía, se benefician 156 oficinas con una media de entre 400 y 500 euros al mes.

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