Las políticas no han logrado romper la desigualdad El objetivo es llegar al 40% de participación femenina en los grupos de I+D
S. V. GRANADA
Las mujeres investigadoras aseguraron ayer en Granada que la desigualdad todavía afecta en gran medida al mundo de la investigación, docencia y el ascenso a puestos directivos dentro de la I+D. Según la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas de Andalucía (AMIT), una mujer tarda el doble que un hombre en alcanzar puestos directivos y de responsabilidad en las universidades, como las plazas de profesorado o las Cátedras, y también en la dirección de grupos y liderazgo de grupos de investigación.
Esta es una de las realidades sobre las que alertó ayer la AMIT en las jornadas que celebró en el Parque de las Ciencias de Granada. Su presidenta en Andalucía, Catalina Lara, aseguró que la asociación nació para promover la plena igualdad de la mujer en el mundo de la investigación y que todavía no se ha conseguido del todo. "Entre las becarias y contratadas postdoctorales hay muchas mujeres, pero después como profesoras o catedráticas el ascenso es muy lento. Una mujer tarda el doble que el hombre en llegar y no es por currículo sino todavía por cuestiones sociales", denunció.
Según la asociación, un estudio de la Universidad de Yale demostró que un mismo currículo se valoraba de forma diferente si era de un hombre o de una mujer. "La media de puntuación que obtenía el hombre con el mismo perfil que la mujer era superior. Pero lo llamativo es que las propias profesoras evaluadoras también tenían este sesgo a la hora de evaluar los currículos". Según Lara, el problema es que "se asocia todavía al hombre con valía profesional y a la mujer con otra cosa. Lo tenemos dentro del cerebro por condicionantes sociales y es muy difícil librarse de eso", se lamentó.
Una realidad que ha llevado a la asociación a pedir que se sigan realizando medidas positivas que sirvan para corregir esta desviación.
Esta desigualdad real en el mundo de la investigación entre los hombres y las mujeres la reconoció también ayer en Granada la propia consejera de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, María José Sánchez, que resaltó que aunque el 58% de las investigadoras principales son mujeres, todavía no se ha llegado al 40% de cuota mínima femenina en los grupos de investigación que se ha fijado la Junta con la nueva estrategia de Investigación para Andalucía, en la que durante 2014 invertirán 66 millones de euros.
"Vamos a apoyar la igualdad también en la investigación y haremos un esfuerzo para reforzar ese papel de la mujer", incidió Sánchez, quién reseñó la participación de la UGR en este reto.
Por su parte, el rector de la UGR, Francisco González Lodeiro, incidió en que "se ha hecho mucho en igualdad" pero que "todavía estamos lejos" de conseguir el objetivo real. Lodeiro señaló que el más del 55% de los estudiantes universitarios son mujeres pero que eso todavía no se traduce, por ejemplo, en el número de catedráticas, "que es muy desequilibrado en favor de los hombres". La presencia de las mujeres como investigadoras principales de proyectos también está desequilibrada, según Lodeiro, quien apostó por seguir apostando por "leyes que intenten reequilibrar la situación".
Esta es una de las realidades sobre las que alertó ayer la AMIT en las jornadas que celebró en el Parque de las Ciencias de Granada. Su presidenta en Andalucía, Catalina Lara, aseguró que la asociación nació para promover la plena igualdad de la mujer en el mundo de la investigación y que todavía no se ha conseguido del todo. "Entre las becarias y contratadas postdoctorales hay muchas mujeres, pero después como profesoras o catedráticas el ascenso es muy lento. Una mujer tarda el doble que el hombre en llegar y no es por currículo sino todavía por cuestiones sociales", denunció.
Según la asociación, un estudio de la Universidad de Yale demostró que un mismo currículo se valoraba de forma diferente si era de un hombre o de una mujer. "La media de puntuación que obtenía el hombre con el mismo perfil que la mujer era superior. Pero lo llamativo es que las propias profesoras evaluadoras también tenían este sesgo a la hora de evaluar los currículos". Según Lara, el problema es que "se asocia todavía al hombre con valía profesional y a la mujer con otra cosa. Lo tenemos dentro del cerebro por condicionantes sociales y es muy difícil librarse de eso", se lamentó.
Una realidad que ha llevado a la asociación a pedir que se sigan realizando medidas positivas que sirvan para corregir esta desviación.
Esta desigualdad real en el mundo de la investigación entre los hombres y las mujeres la reconoció también ayer en Granada la propia consejera de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, María José Sánchez, que resaltó que aunque el 58% de las investigadoras principales son mujeres, todavía no se ha llegado al 40% de cuota mínima femenina en los grupos de investigación que se ha fijado la Junta con la nueva estrategia de Investigación para Andalucía, en la que durante 2014 invertirán 66 millones de euros.
"Vamos a apoyar la igualdad también en la investigación y haremos un esfuerzo para reforzar ese papel de la mujer", incidió Sánchez, quién reseñó la participación de la UGR en este reto.
Por su parte, el rector de la UGR, Francisco González Lodeiro, incidió en que "se ha hecho mucho en igualdad" pero que "todavía estamos lejos" de conseguir el objetivo real. Lodeiro señaló que el más del 55% de los estudiantes universitarios son mujeres pero que eso todavía no se traduce, por ejemplo, en el número de catedráticas, "que es muy desequilibrado en favor de los hombres". La presencia de las mujeres como investigadoras principales de proyectos también está desequilibrada, según Lodeiro, quien apostó por seguir apostando por "leyes que intenten reequilibrar la situación".
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