miércoles, 16 de noviembre de 2011

Jóvenes alumnos con espíritu de sobresaliente granadahoy.com

La Junta otorga un premio extraordinario a once estudiantes de la provincia por sus calificaciones durante el curso académico

AZAHARA VIGUERAS BORJA / GRANADA No son muchos los chicos que pueden presumir de tener una media de sobresaliente en su expediente académico de Bachillerato o en un módulo Profesional de Grado Superior. Muchas horas hincando codos, estudiando entre libros y sumergiéndose en la cultura para, por fin, entender que el sacrificio y al afán con el que se han entregado a su labor tiene una recompensa. Por ello, la Junta de Andalucía quiso reconocer ayer el esfuerzo de los once alumnos que han obtenido esta nota en Granada y que recibieron de manos de la delegada del Gobierno, María José Sánchez, el premio extraordinario 2010-2011 en la modalidad de Bachillerato, Formación Profesional y Artes Plásticas.

Y para ello no es necesario estudiar durante 24 horas porque, según reconocieron ellos mismos, después de hincar los codos también les queda tiempo para dedicarse a otras actividades.

Jesús Rodríguez Camacho tiene 18 años y puede presumir de tener una de esas ansiadas notas que relucen. Él estudió el Bachillerato científico-tecnológico y consiguió una media de diez, ni una décima más arriba ni una más abajo. Con su experiencia, advirtió que no es necesario estar muchísimas horas pasando hojas delante del libro "mirando las musarañas", sino que "hay que aprovechar bien el tiempo". Jesús no tiene que ir a una oficina a trabajar ni atender a un jefe porque su trabajo, por ahora, es formarse para obtener en el futuro un puesto laboral cualificado.

Él mismo se encarga de organizar sus horarios, en los que por supuesto, no intervienen sus padres porque es un chico responsable. "No tienes que pasarte todos los días delante de los libros, depende si es época de exámenes o no y de si hay alguna asignatura que es más difícil que otra. Además yo tengo tiempo de sobra y lo uso para utilizar el ordenador, escuchar música o salir a correr", afirma.

Su padre, Hipólito Rodríguez, admitió sentirse muy orgulloso y reconoció que Jesús "es un chico ejemplar, muy trabajador al que no hay que decirle nunca que se ponga a estudiar".

El caso de Pablo Martín es un tanto distinto. Él ha optado por matricularse en la carrera de Ingeniería Electrónica, aunque a diferencia de Jesús, sí reconoció que en su caso pasa muchas horas comiéndose los los libros. "Me paso mucho tiempo estudiando, depende del día, pero normalmente a diario". Un sacrificio que le ha reportado también alegrías porque, ahora, puede presumir de una nota de 9,11 en el expediente. Pablo confesó que algunas asignaturas se le habían atragantado como por ejemplo la Física, aunque admite orgulloso que "al final ha salido". Una expresión que revela que con esfuerzo y perseverancia se consigue todo lo que uno se proponga.

La delegada de Educación, Ana Gámez recordó que en momentos pasados se creía que el tiempo que se dedicaba al estudio "era tiempo perdido porque había otros valores. Parecía que el estudio no conducía en el futuro al éxito personal. Algunos compañeros abandonaron los estudios, pero vuestro esfuerzo tiene que hacer que ellos vuelvan a las aulas".

Ana Gámez aludió a la crisis económica para lanzar un mensaje de ánimo a todos aquellos jóvenes que quieran estudiar para labrarse un futuro mejor.

Ana María Torregrosa lo sabe bien y a sus 22 años ha tomado las riendas de su vida para formarse lo máximo posible y optar a un buen puesto de trabajo relacionado con el mundo del deporte. Desde luego, es lo suyo. A su edad, además de estar estudiando Fisioterapia y haber obtenido un sobresaliente con un 9,25 de media en el módulo de Actividades Físicas y Deportivas, también ha trabajado durante algunas épocas. Durante el año ha compatibilizado ir a clase por las mañanas con realizar prácticas en la Diputación de Granada.

Estos chicos tienen perfiles profesionales muy diferentes y han estudiado módulos muy distintos entre sí como técnico de prótesis dentales o diseño y producción editorial, Bachiller de ciencias o de humanidades. Pero a pesar de la diversidad poseen algo común, que han optado por enriquecer su mente y seguir aprendiendo.

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