lunes, 26 de diciembre de 2011

"El arte no tiene que ser siempre complaciente" granadahoy.com




Ana García López, contenta con la avalancha de propuestas.

Con la filosofía del arte colaborativo, la Bienal del Milenio pretende dar a conocer no sólo el trabajo de grandes talentos sino lugares del patrimonio menos conocidos
M. DE LA CORTE / GRANADA


Defender el arte local se ha convertido hoy en un acto de heroicidad. Como profesora y como directora de la Bienal de Arte Efímero, Ana García López lleva los últimos años luchando por el "enorme potencial" artístico de Granada. Para ella el arte contemporáneo debe salir a la calle y ser asequible al ciudadano, por eso la Bienal se convierte en una suerte de clase magistral para el público y en la plataforma perfecta para los jóvenes artistas.

-¿Está contenta con los resultados de la Bienal?

-La verdad es que podemos hacer un balance muy positivo porque se ha cumplido el objetivo principal, que era tanto difundir el arte contemporáneo como el patrimonio de la ciudad, insertado uno en otro. Muchas personas nos han comentado que han descubierto edificios como el Alcázar del Genil o el Palacio de los Girones. También es importante difundir ese otro patrimonio que no es el arquitectónico sino el de los saberes. Con la pieza del tapial a los pies de la Alhambra el público aprendió que el palacio nazarí es uno de los más grandes del mundo hecho con esta técnica junto con la Muralla china. Por otra parte, para nosotros era muy importante dar a conocer el arte contemporáneo de una forma asequible al ciudadano.

-La muestra ha contado con artistas de primer nivel como el calígrafo chino Wang Dongling, el granadino Abraham Manzanares pero también con artistas recién licenciados, como Visi Ortega o Ángel Luis López.

-Vemos pasar por la Facultad tanto talento... De alguna forma así fue cómo se puso la Bienal en pie. Tenemos arte patrimonial como para estar tres vidas estudiándolo, pero qué pasa con el arte contemporáneo: muchas veces no encuentran un nicho profesional. Yo que llevo las Relaciones Institucionales de Bellas Artes y visito facultades de otros países, vuelvo muy orgullosa de nuestros alumnos. En el contexto europeo están sobrados de talento. Hay una gran cantidad que tienen capacidades que nada tienen que envidiar a la de artistas de otros sitios. Poner en la misma línea de salida a estos jóvenes artistas con los grandes me parece muy importante.

-¿Qué clase de condiciones exige el certamen?

-No somos corporativistas. Ni tienen que ser mayores ni menores de una determinada edad, ni tienen que tener una licenciatura... Lo que miramos es que tengan un buen proyecto. La única condición es poner en diálogo la obra con el espacio. Puesto que la Bienal estaba fundamentada en arte contemporáneo y patrimonio era necesario que el artista que enviara una propuesta tenía que hacerla pensando en nuestro legado. Ofrecer esta ciudad como lienzo es todo un lujo.

-Han llevado arte al Bañuelo, a la Alhambra, a la Fuente de las Batallas, al Parque de las Ciencias... ¿Se lo han puesto fácil las instituciones?

-Ha sido fundamental su aportación y la facilidad que nos han dado todas las instituciones que están custodiando la mayoría de los edificios y las calles: el Ayuntamiento, la Diputación, la delegación de Cultura, y sobre todo la mayor colaboración de todas, que ha sido la del Milenio de Granada. El agradecimiento es grandísimo porque nosotros lo que queremos es difundir lo que estas instituciones custodian con todas las cautelas y siendo muy cuidadosos.

-¿Cómo han estirado los 120.000 euros de presupuesto?

-Organizar cuestiones culturales como ésta, lejos de ser una frivolidad en los tiempos que corren, genera riqueza. Ha generado trabajo en esta ciudad, empezando por el equipo de producción, las personas que han estado alrededor pasando por el cristalero, el señor de los transportes. No es dinero que se va por la alcantarilla. Lo cierto es que la Bienal no se produce muy cara porque hay que tener en cuenta que instituciones como la Universidad han aportado mucho con material o espacios.

-¿Y cómo han respondido los ciudadanos? Imagino que hay obras que no habrán entendido...

-Hay de todo porque el arte no tiene que ser siempre complaciente pero hay que tratar de ser didáctico. Puede no gustarte un plato de comida pero tampoco te lo tienen por qué tirar a la cara, quizás si el cocinero te mete en la cocina y te explica por qué ha escogido esos ingredientes, y dónde quiere llegar y qué sabores quiere conseguir, e incluso lo ves hacerlo llega a entenderse. Habrás aprendido algo importante. Lo importante es que poco a poco se cree en el ciudadano de a pie, en el que no está instruido ni tiene por qué estarlo, una cultura del arte contemporáneo, un saber comprender que los artistas hacen las cosas después de haber pensado, reflexionado e investigado. Los artistas no son personas raras que se levantan por la mañana y se les ocurre una locura.

-Una característica principal de la Bienal es la colaboración.

-Una gran parte de los artistas que están en el mundo no entienden que el arte esté ensimismado en sus catedrales y en un trono donde nadie los entiende. En la muestra había una obra más digerible y participativa, como la que hubo en la Casa de los Tiros, Mil deseos para Granada, o la del Ladrón del Agua, donde la gente escribió poemas de amor. Son obras más 'fáciles' y que llegan enseguida al corazón, pero una de las primeras, que se hizo con escombros aunque con todo un discurso detrás sobre las tradiciones indígenas, es mucho más difícil... Nos hemos encontrado a gente que no lo ha entendido ni les ha gustado pero no todo está hecho para gustar sino para llamar la atención sobre algo.

-Todos esos años de ensimismamiento de los que habla se notarán ahora.

-Es muy probable que a un ciudadano se le ocurran mil cosas antes que comprar un cuadro, y es la pena.

-¿Cómo viven en la Facultad, profesores y alumnos, el cierre de galerías como Sandunga?

-Como un drama. La labor didáctica de la Bienal lo que intenta en realidad es acercar al ciudadano a esos espacios de arte contemporáneo donde si no no entrarían porque lo entienden como algo sólo para expertos. Acercarse a una galería la gente lo ve como algo marciano. Cuando recibimos las noticias del cierre de galerías aquí nos ponemos de luto porque es una oportunidad menos que tienen nuestros artistas, no sólo los que salen de nuestra Facultad sino todos, y es muy penoso que se llegue a esta situación.

-¿Habrá una cuarta Bienal?

-Espero que podamos hacer la de 2013 porque me ilusiona pensar que pueda seguir.

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