viernes, 2 de septiembre de 2011

'El Cabrero': «La libertad se la busca uno y tiene un precio» ideal.es

El intérprete de Aznalcóllar es uno de los protagonistas de una nueva edición del Festival Flamenco de los Ogíjares

'El Cabrero': «La libertad se la busca uno y tiene un precio»

El cantaor flamenco 'El Cabrero', una de las voces del festival de Ogíjares. :: JUAN PABLO PEREDA


El recinto ferial de Ogíjares acogerá a partir de las 22.00 horas de mañana a todos los aficionados al flamenco que deseen disfrutar de una noche donde dos figuras como 'El Cabrero' y 'Capullo de Jerez' encabezarán una velada con Manuel Curao como maestro de ceremonias. Al cante también estarán 'Nene de Santa Fe', María Toledo y 'El Jaro'. El cartel lo completarán, como guitarristas, Rafael Rodríguez, José Ignacio Franco, Paco Cortés, Manuel Carmona, Paco González y el grupo de baile de 'La Lupi'. Las entradas están a la venta en el Corte Inglés y distintos establecimientos de Ogíjares
-En estos tiempos, ¿es más rentable ser pastor de cabras o pastor de nubes, título de su último disco?
-Si pagaran la leche para vivir modestamente, con las cabras sería más rentable que ser pastor de nubes, que eso lo dejaré para cuando ya no pueda nada más que mirar.
-¿Los políticos españoles no viven un poco en las nubes, pero de la irrealidad?
-Los políticos hacen lo que les dejamos hacer, viven en la abundancia y van a sus intereses, hasta donde les permiten los votos que reciben. Yo creo que es el pueblo, la clase trabajadora, la que no quiere ver su propia realidad. Y nadie sabe mejor lo que molesta un zapato que el que se lo pone y se lo vuelve a poner aunque apenas pueda andar.
-¿Se siente identificado de alguna manera con la gente del 15-M?
-¿Cómo no me voy a sentir identificado con ellos si yo soy un indignado desde que tuve conciencia de la primera injusticia y las diferentes varas de medir? Llevo toda mi trayectoria artística reclamando lo mismo que los del 15-M, así que tienen mi apoyo y espero que nadie sepa desunirlos y que sigan coherentes y sin miedo por una causa justa.
-¿Qué piensa de la visita del papa y de todo lo que la ha rodeado?
-Del gasto público, totalmente en contra de dar un euro público para un acto religioso. Respeto que cada uno pueda creer en lo que quiera pero que no le cueste ni un duro a los ciudadanos y que no sea el Estado el recaudador del dinero para ninguna iglesia o religión. Las cargas policiales me parecen intolerables en un país que presume de democracia. Y de la visita y todo lo que la rodeó te respondo con dos letras que grabé hace ya más de quince años: «Yo no puedo comprender, que el pare santo de Roma esté cubierto de oro y haya gente que no coma» y «En un trono de cristal, lo pasean por ahí, mientras media humanidad, de hambre se va a morir: ¡Vaya ejemplo que nos da!»
Recuerdos
-Por el cielo o por algún lado tienen que estar 'Moraíto Chico' y Morente. ¿Qué recuerda de esos dos compañeros?
-A Morente no lo traté, soplo coincidí dos veces en mi vida pero he sentido su pérdida. Hablé solo con él un momento viniendo en el barco de Ceuta y fue a principios de mi carrera. Con 'Moraíto' sí he tenido mucha relación de siempre, por esos escenarios y lo he sentido todavía más cerca porque nos hemos tratado. Era muy cariñoso, simpático, buen compañero y como guitarrista ya se sabe su dimensión.
-Vuelve a Granada a un festival de los que tenía fama de no acabar hasta que amanecía. ¿Cree que esos eventos aún tienen sentido?
-Y mucho. Hace años cada pueblo se regocijaba en organizar su festival veraniego y llevaban todo el año esperando esa noche. No les importaba dedicarle las horas que hiciera falta a escuchar cante. Grandes noches de flamenco y a veces hasta venía el sol porque, anda muy ligero, cuando hay buen flamenco no hay prisa en que se acabe. Que cada pueblo organice su festival como le parezca pero que no se seque el flamenco en su propia maceta que es Andalucía
-¿Quizás en el escenario es uno de los pocos sitios desde donde se puede ser libre?
-La libertad se la busca uno y tiene un precio; en el campo, porque te tienes que enfrentar a las lindes ilegales, y en el escenario, porque si cantas lo que piensas, y eso no le conviene a los que tienen el poder y manejan la cultura, te vetan. En el campo y en los escenarios me siento libre porque pago por esa libertad el precio que me imponen; o sea, que asumo las consecuencias.

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