sábado, 25 de febrero de 2012

Muy grandes fuegos granadahoy.com

A los actos organizados para hoy en la Plaza Bib-Rambla se une este año la plataforma contra el cierre de Las Palomas

MOVILIZACIÓN ANIVERSARIO DE LA QUEMA DE LIBROS ORDENADA POR EL CARDENAL CISNEROS EN 1500

Nos vemos hoy en la plaza de Bib-Rambla, a partir de las doce, para conmemorar la quema de libros ordenada por el cardenal Cisneros en 1500. Queremos recordar que las ideas se combaten con otras ideas, pero nunca quemando los libros y las bibliotecas que las contienen. Te esperamos en Bib-Rambla. Hoy es un buen día para decir que hogueras antiguas, como la de Bib-Rambla; o bombardeos recientes, como los de la biblioteca de Sarajevo, no tienen sentido, y son actos bárbaros en una Europa que busca sus señas de identidad en la democracia, en la libertad, y en el cumplimiento de los derechos humanos.

La destrucción y quema de bibliotecas es casi tan antigua como el nacimiento de las mismas. Ya en el antiguo Egipto está documentada su destrucción. Estos atentados contra la civilización se han realizado fundamentalmente bajo regímenes fanáticos, de gran intolerancia. Lo que se pretende con ellas es arrasar una cultura o una corriente de pensamiento. Aunque esta práctica de odio y de incultura pudiera pensarse que ha desaparecido, nada más alejado de la realidad. Basta recordar cómo fue destruida la biblioteca de Sarajevo a finales del siglo pasado por las tropas serbias.

Granada, después de vivir durante tantos años bajo regímenes absolutistas, despóticos y dictatoriales, es una ciudad que tiene que reconstruir y asumir su historia. Nos parece importante conmemorar esta quema, una de las más grandes que se han realizado en Europa. Ciudades como Berlín que también bajo el régimen nazi fue escenario de quemas de bibliotecas y libros conmemoran estos hechos. En la Bebelplatz, donde se produjo la quema nazi, un monumento recuerda aquellos acontecimientos lamentables y todos los años conmemoran aquel ataque salvaje a la cultura.

La quema de Granada es muy anterior, unos cinco siglos. Después de la conquista del reino de Granada, el primer arzobispo, Hernando de Talavera, cumple las Capitulaciones, y la Madraza, primera universidad que tuvo la ciudad, sigue funcionando. Esta política de tolerancia es sustituida con la llegada a Granada del cardenal Cisneros en 1499, que implanta la represión y la conversión forzosa. Estos incumplimientos provocan la sublevación del Albayzín, que Cisneros aprovecha para asaltar la Madraza, y llevar su biblioteca a BibRambla, donde es quemada en pública hoguera. Una vez clausurada la Madraza, el edificio será cedido para que se instale el Cabildo (Ayuntamiento). Los libros se quemaron para que el olvido triunfase sobre la memoria, con el fin de desarraigar a un pueblo. Somos por la memoria; el libro y la biblioteca son memoria. Y cuando arden, perdemos la memoria, somos nosotros quienes nos perdemos. Esto es lo que pretendía Cisneros con la quema de los libros andalusíes en Bib-Rambla.

Este año, el acto que organizamos cuenta con la colaboración de la Plataforma contra el cierre de la Biblioteca de las Palomas. Aunque hoy en día los regímenes tiránicos siguen quemando y destruyendo bibliotecas en el caso de las democracias ya no es viable. La ciudadanía no permite esta práctica salvaje, pero se recurre a métodos más sibilinos, como el cierre de bibliotecas, centros que aúnan la cultura, la información y el ocio. En una ciudad como Granada, donde debería haber seis bibliotecas públicas más de las que hay, el cierre de la biblioteca de las Palomas, en el Zaidín, supone un atentado al derecho a la cultura que tienen los vecinos de este popular barrio granadino. Y el despropósito es tanto que desde que fue clausurada la biblioteca hace siete meses, este edificio permanece sin uso ni actividad. Pocos recursos estarán tan bien aprovechados como los que se invierten en bibliotecas, pues van directamente a mejorar el capital humano, lo más necesario para el desarrollo de una sociedad. En comparación con lo que cuestan otros servicios públicos, los servicios de lectura pública son baratos y devuelven a la sociedad más de lo que de ella reciben. Según estudios realizados entre la población de Nueva York, las bibliotecas son los únicos servicios públicos, comparados con parques, autobuses, metro y carreteras, que a más uso más satisfacen a sus usuarios y los que tienen los mayores índices de satisfacción.

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