Un millar de denuncias por vandalismo en apenas medio año, con un coste de 260.000 euros: usted paga, ellos rompen
La ciudad duerme. Un grupo de jóvenes, embriagados de alcohol, no quieren despedir la noche sin calmar su adrenalina. Su cuerpo les pide más diversión y deciden romper señales de tráfico, no una, ni dos, ni tres... sino todas las comprendidas entre el botellódromo, la calle Ramón y Cajal y el Camino de Ronda, no queda ni una en pie de las encontradas en su recorrido. El suceso es real y ocurrió hace dos años. Dos menores y dos mayores de edad fueron interceptados por la Policía Local, gracias al aviso de un vecino. Destrozaron más de una docena de señales de tráfico... y les salió casi gratis. El Consistorio emitió partes de responsabilidad patrimonial, abonados por el bolsillo de los papás de estos jóvenes. El vandalismo sale demasiado barato a quien lo provoca... pero demasiado caro a la ciudadanía.
El Ayuntamiento de Granada ha gastado en los seis primeros meses de este año 260.000 euros en la reposición de mobiliario urbano dañado en actos de gamberrismo; el pasado año abonó 750.000 euros. Maracena, un municipio convertido casi en un barrio de la ciudad de Granada con 21.000 habitantes, ha desembolsado en estos primeros seis meses cerca de 45.000 euros. Guadix, harta ya de tanto incivismo aprobó unas ordenanzas recientemente donde se castiga con fuerza este tipo de actividades, y aseguran no disponer de datos exactos sobre el gasto para reponer actos de gamberrismo.Motril a quien también se le han pedido datos tampoco dispone de los mismos.
Sale barato a quien lo provoca porque es muy difícil coger ‘in fraganti’ al vándalo. La Policía Local de Granada ha emitido 237 informes por actos de incivismo en la capital granadina, 78 fueron por daños en el mobiliario urbano y otros 74 por desperfectos en señales de tráfico; ha presentado 650 demandas y ha practicado 40 diligencias por el mismo motivo, en total casi mil denuncias por actos vandálicos en la ciudad en apenas seis meses, 5’5 cada 24 horas. «Los días más ‘calientes’ suelen ser las jornadas de botellón, generalmente noches de viernes y sábado, pero si coincide en un día de semana, al siguiente aparecen bastantes desperfectos», comenta el portavoz de la Policía Local de Granada, Mariano Valbuena. «Resulta muy complicado localizar al infractor, en lo que llevamos de este año hemos podido detener a siete jóvenes». Siete, puestos a disposición judicial aunque finalmente quedan amonestados con una sanción por una falta, salvo los menores que, si hay suerte de que caigan en manos del juez Calatayud, pueden purgar la pena con algún trabajo en beneficio a la comunidad durante el horario extraescolar. El 80% de quienes se sientan en el banquillo de un Juzgado de Menores lo hacen por actividades vandálicas en zonas urbanas. La infracción se convierte en delito cuando el destrozo se efectúa sobre un monumento y su reposición cuesta más de 400 euros.
El último informe sobre vandalismo presentado por el Centro de Estudios Andaluces cifró en un 166,6% el aumento de los actos de gamberrismo en las calles de la capital granadina entre los años 2004 y 2007, el informe data de 2009. En el mismo periodo, el incremento de actos incívicos de esta naturaleza en el conjunto de Andalucía creció un 461%. La actividad de los vándalos no decrece.
«Todos los días nos vemos obligados a realizar alguna actuación para reponer mobiliario, arreglar el riego de jardines, reponer el cableado de farolas.Este problema ya no puede ir a más, porque creo que hemos tocado techo. Todos los años nos gastamos en torno a 600.000 euros o más en arreglar los destrozos provocados por los vándalos», apunta PacoOcaña, director general del área deMantenimiento del Ayuntamiento de Granada. Son las mil maneras diferentes de destrozar una ciudad.
¿Impunidad?, ¿falta de conciencia del sentido de ciudadanía?, ¿por qué aumentan este tipo de actos en las calles granadinas y del resto de municipios andaluces? «Es un fenómeno muy complejo, no hay una variante sino muchas.Personas con estudios que realizan destrozos por diversión, otros que rompen coches o queman contenedores para estrenarse como pequeños delincuentes y hacerse notar en el grupo. Quizá haya algo en común entre todos, el desapego al cuidado de los bienes de la ciudad y actuaciones impulsadas a sabiendas de que no les pasará prácticamente nada», explicaFrancisco Contreras, licenciado en Sociología que prepara una tesis sobre violencia urbana.
Grafitis
La Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, TSJA, dispone de un grupo policial especializado en temas de grafitis que colabora de forma estrecha con el resto de fuerzas de seguridad.Una de sus labores es detectar estas pintadas y buscar a sus autores.Solo el Ayuntamiento de Granada gasta una media de 50.000 euros en quitar pintadas de las fachadas. La delegación provincial de Cultura asegura que en estos momentos trabaja en la limpieza de grafitis delPalacio de Dar-Al-Horra, la factura: 60.000 euros.
«Lo más caro de quitar y lo más complicado son las pintadas en Bienes de Interés Cultural. Eliminarlas es como restaurar una pintura, con un trabajo muy complejo», comenta Iván Losada, de la empresa Entorno Sin Graffiti, contratada para limpiar de pintadas más de veinte calles del entorno de Bib- Rambla, zona de Elvira, Banco de España, miradores del Albaicín, además de otras actuaciones enSalamanca, donde tienen otra sede. «Es difícil establecer un precio porque varía en función de la complicación existente para quitar la pintada, pero podríamos hablar de una media de 40 a 80 euros por metro cuadrado de pared limpia».
Corral del Carbón, elBañuelo, Palacio de Santa Inés, Catedral..., el último apareció hace pocos días en la Basílica de las Angustias. Ninguno se ha salvado de las pintadas. «Nosotros nos hemos gastado en los últimos años 300.000 euros en limpiar aquellos edificios donde nos corresponde actuar, pero hace falta una acción coordinada entre las distintas administraciones, fuerzas de seguridad y aparato judicial para actuar de forma integral contra los daños al patrimonio», explica el delegado de Cultura, PedroBenzal.
El edil de MedioAmbiente,Juan AntonioMérida, recordaba hace pocos días los 10.000 euros que saldrán de las arcas municipales para arreglar las farolas rotas de la Gran Vía, y apelaba a la colaboración ciudadana para denunciar este tipo de hechos.
Un vandalismo que ha obligado a ciudades como Novelda (Alicante) o Plasencia (Cáceres) a poner etiquetas en el mobiliario urbano para divulgar su coste entre la ciudadanía. Granada también aprobó sus ordenanzas hace un par de años y las sanciones por acciones de vandalismo en la calle alcanzan sanciones que pueden llegar a 6.000 euros.Aunque se pagan pocas, después de tortuosos procesos judiciales.
Un dato curioso. El INE, Instituto Nacional de Estadística, elaboró un estudio en 2001 sobre población y vivienda. Un 40% de los hogares granadinos percibían acciones vandálicas en su entorno.
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