sábado, 17 de mayo de 2014

"Me alegra difundir las injusticias de una guerra de la que ya nadie habla" Leer más: "Me alegra difundir las injusticias de una guerra de la que ya... granadahoy.com

"Espérame en el paraíso" es su segunda novela, una historia de amor entre una reportera y un joven poeta dentro del marco de la guerra civil siria Mª Luisa Molina granada 


 Es la segunda novela de Mayte Carrasco, después de 'La kamikaze'
 
"Mi demonio es la guerra. Las guerras y sus consecuencias", responde Yulia, la protagonista, cuando le preguntan cuál es el monstruo que le atormenta. Es justo el mismo infierno que Mayte Carrasco, la autora de Espérame en el paraíso, reconoce que vive el pueblo sirio, el último país en el que ha trabajado esta reportera de guerra que hoy presenta su segunda novela.

-La novela está enmarcada en un país y una situación que conoce bien. ¿Es difícil desvincular la realidad de la ficción?

-No, me ha resultado bastante fácil. Los personajes son totalmente inventados, aunque el haber sido testigo de esa guerra me ha servido para saber qué sienten los combatientes, o los padres de familia, o las adolescentes que están bajo las bombas, etc. El tipo de personas que circulan por allí. Al ser una novela con un fondo histórico he tratado de ser fiel a lo que vio la periodista, pero la trama de espionaje es una pura ficción.

-El eje de la trama es una historia de amor, ¿diría que es también una novela romántica, o sólo una historia de amor?

-Es una novela de amor que narra la historia de dos personas en una circunstancia particular como es una guerra y bajo las bombas, donde todo se vive con una intensidad voraz y la muerte es tan cotidiana que les empuja a vivir con todas sus fuerzas, a amarse con pasión. Eso hace que los sentimientos sean más fuertes y que todo se viva de forma distinta a como se viviría aquí, de un modo más acelerado y más intenso.

-Las diferencias entre los protagonistas de esa historia muestran las que puede haber entre el mundo árabe y Occidente. ¿Se puede decir que siempre existirán esas diferencias? ¿En qué lugar queda la vieja Europa?

-La historia de amor no muestra diferencias entre el mundo árabe y los países occidentales, al contrario. La historia de Yulia y Omar demuestra que el amor no conoce fronteras, que el corazón no tiene límite geográfico ni cultural. Es Yulia quien hace reflexiones sobre el mundo occidental del que viene, de lo vacío que le parece, de esta vieja Europa cansada y vieja que está paralizada mirándose al ombligo, cansada de pensar, a la que critica sin cesar y a la que no quiere regresar. Las diferencias entre el mundo árabe y el occidental existen como existen las diferencias entre culturas. Pero eso es normal, las culturas deben ser distintas, tan distintas como las personas; ¿se imagina si fuéramos todos iguales? El problema es el rechazo a las personas, a las culturas, a las diferencias.

-Al estar escrita en primera persona hace reflexiones que parecen pensamientos en voz alta sobre racismo, corrupción o religión, entre otros. ¿Son opiniones personales?

-El que una novela esté escrita en primera persona no significa que muestre mis opiniones. Yulia, esa mujer que se implica en la resistencia siria y que pone su vida en peligro por unos ideales, reflexiona sobre cosas que creo que nos preguntamos todos en este momento histórico. Creo que el libro, más allá de entretener, hacer pensar, hace reflexionar sobre los tiempos que vivimos y la posición que estamos tomando unos y otros frente a las adversidades de la vida que, curiosamente, son bastante universales.

-Con su trayectoria cubriendo varios de estos conflictos, ¿diría que en el fondo todos son iguales?, ¿las guerras se mueven por los mismos motivos sean donde sean?

-Como diría Yulia: el demonio de la guerra "nos visita de vez en cuando para recordarnos la fragilidad del ser humano, nuestra verdadera ralea demoníaca y nuestra necedad consanguínea. Nos observa desde algún punto del planeta y cuando nos ve tan enfurecidos como sólo sabemos estarlo nosotros, que somos grandes cretinos al fin y al cabo, viene a sembrar orden y a empujarnos a todos a los abismos negros para hacernos reaccionar a guantazos; a unos los arroja a la barbarie y al resto a la tumba, y cuando ha terminado de sembrar atrocidades sólo quedan algunos en pie y a ésos, después de tanto disparate, no les queda más remedio que volver a reverenciar la vida como nunca". El poder, el dinero, la ambición, eso está en el origen de todas las guerras.

-¿Qué es más, reportera de guerra o escritora?

-Soy una periodista que ha escrito un ensayo, un capítulo de un libro de periodismo, y dos libros de ficción. ¿Qué más da como la llamen a una? Ninguna de las dos profesiones me ayuda a llegar a fin de mes! (Risas). Digamos que soy una joven no tan joven que trata de contar historias.

-¿Tiene algún paraíso particular en los países en los que ha trabajado?

-En esos países que he cubierto no hay paraísos, sino infiernos. El peor ha sido Siria. Es muy importante para mí poder contar lo que ocurrió allí a aquel pueblo masacrado con crueldad y que ha visto marchitarse una revolución que fue romántica y pacífica, que se levantó en armas contra un dictador que sigue en el poder matándoles sin piedad. Me alegra poder difundir las injusticias y que todo el mundo hable de una guerra de la que nadie habla ya.

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